
El arte a la culinaria, mejor que ninguno, se nos está dado para mirar las posibilidades de transformación de cada instante. Es la alquimia de sabores y de formas, de mezclas y procesos que se vive en lo cotidiano, como una metáfora, para significar el mejor de los besos, para abrazar a quien se quiere con sabores, para ejercer el trabajo en su justa expresión de la capacidad de producción y creación del ser humano, para expresar las culturas como el lenguaje que expresa el territorio, el hálito, el clima, las relaciones y alma de un pueblo. Por eso la comida turca o marroquí, nos huele a especias, la griega nos sabe a Musaca y Humos, la italiana a los pomodoros del campo, la española a jamón y quesos bien curados, la mexicana a tortillas y picante, la suramericana a maíz, chancho y choclo.
La cocina también expresa el linaje familiar, un hilo histórico, una especie de herencia que corre por la memoria y que se forja en los días cotidianos. Un espíritu sensible a lo gastronómico no piensa en faena o esfuerzo a la hora de cocinar, evoca más bien, la seducción, el humor y la creación amorosa. Puede pasar horas hojeando recetas o pasando de un canal a otro en la televisión que proyectan cocinas y gabinetes de todos colores y formas, territorios que paren infinidades de platos cada vez más incalculables, artistas que como pintores con su pincel, músicos con las notas o poetas con la palabra, crean infinidades de sabores y formas para hacernos degustar la gloria.
Cuando en un solo ser habitan tantas culturas, hogares y días , como en la tía Dossy, a uno se le hace la boca agua tan solo de verla y busca en la sangre la herencia, pero sobre todo siempre piensa en las vacaciones para ser su escucha, convivir más horas a su lado y pasar más tiempo en su cocina que ya no es un fogón, pero que emite las reminiscencias de un pasado que pidió quedarse morando en este libro en germen (porque todavía no se ha escrito) de recetas.
…. Las vacaciones cada vez nos dejan menos tiempo, por eso clamamos ese recetario que para mi llevará el título de la Tía Dossy para atesorar todo lo construido por ella día a día, gota a gota en una historia fascinante de viajes, de familias, de interculturalidad… de sueños realizados
Elisabel Rubiano
2010